La única noticia que pude postear sobre "Priest" (2011), fue esta, con el segundo trailer.
Cura con guantes no caza vampiros, por Jaime Grijalba.
Bueno, antes de que salga de las carteleras chilenas, voy a criticar esta película que se lanzó (sorpresivamente) al poco tiempo que en Estados Unidos (si no la misma semana). La verdad es que no tuvo gran éxito de crítica y en cuanto a dinero se puede decir que tuvo éxito suficiente (combinando lo hecho en Estados Unidos mismo y los países del mundo, incluyendo Chile), nunca un éxito de taquilla. Esto también se condice con las aspiraciones de la película, que no quiere ser una obra maestra, sino mas bien un producto de nicho que tuvo que ser universalizado para ser comercialmente viable, y en eso pierde un poco de su encanto.
La historia parte con un mundo distópico, un mundo arrasado por una eterna guerra entre vampiros y humanos, la cual finalmente fue ganada por los humanos gracias a la ayuda de los sacerdotes (priests), entrenados en el arte de matar criaturas de la noche. Hay de diversas razas, sezos, categorías y procedencia, y nuestro protagonista (Paul Bettany) es uno de ellos, los cuales ya no son necesarios por lo que han sido desacralizados, para volverse una lacra más de la sociedad, mirados y apuntados en la calle como bichos raros. Nuestro sacerdote está lleno de culpa por la muerte de uno de sus amigos en una de las últimas escaramuzas, y eso lo lleva a confesarse numerosas veces a máquinas automáticas dispuestas en las ciudades colmena defendidas por la Iglesia.
Lo que sucede es que los vampiros vuelven (vaya, nadie lo esperaba), pero el gobierno-iglesia no quiere creer que están volviendo, por lo que no toman en cuenta las denuncias y súplicas de un sheriff de un pueblo cercano que dice haber recibido un ataque enorme de vampiros mutantes que se han llevado a una joven indefensa (que también es su novia). Pero nuestro valiente sacerdote está dispuesto a romper sus votos, desobedecer a la iglesia y, por lo tanto, desobedecer a Dios para poder salvar a esta niña, acompañado por el sheriff y una sacerdotisa que aparece a mitad de camino (interpretada por Maggie Q), sólo para darnos el morbo de tener a Maggie Q vestida de cura.
Y así sigue la película, con una serie de luchas y batallas contra hordas de vampiros mutantes, nuevas razas, conspiraciones ocultas por ambos bandos para evitar problemas y terminar la guerra (qué importan unas cuantas muertes) y escenas de acción que parecen haber sido vistas, pero que con Bettany se ven frescas, porque no solemos verlo en algo de este tipo (bueno, salvo por "The Da Vinci Code" (2006), que no es tan mala como dicen) y se ve bien en el traje y se mueve de manera interesante.
Pese a que ya hayamos visto todas estas escenas antes, desde el llamado a la aventura, la batalla final, en otras películas mucho mejores, no quita que la idea tras todo sea original (sacada de un manhwa coreano), sobre todo en la lucha Iglesia-Dios que se contrapone en cada momento de filme y que cada vez que sale a flote la película gana en inteligencia y profundidad. La fotografía también es impecable, aunque su mayoría sea digital, todo se ve de un color apagado-gris que resulta interesante pues se mantiene y se ve perfecto para el tema oscuro y cetrino de los personajes con los que trata.
El maquillaje también es utilitario y se siente como un logro mayor cuando se le ve aplicado tanto a los humanos como a los vampiros que no son tan mutantes (que en su mayoría eran digitales). Me hubiera quedado más feliz con al menos una criatura más... "física" o corpórea, si se puede decir, algo que sea tangible y que sangre y manche de verdad, sólo con una realmente buena y ahí creo que la película hubiera dado un salto de la medianía en que se encuentra. Pese a todo, entretiene, y es lo que hay que tener en cuenta.
7/10
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